jueves, 22 de febrero de 2018

AÑ0 10- CAPÍTULO 9º- EL BAUTISMO DE SANGRE


AÑ0 10

CAPÍTULO IX
EL BAUTISMO DE SANGRE



"Enhorabuena que al Doctor Moreno no se le conceda el atributo de la clemencia". . . Colección de arengas en el foro, etc., página  19.

. . . —dice casi con orgullo el primer biógrafo del prócer, anticipándose a defenderlo contra la inculpación de sanguinario que podría hacerle la posteridad.

En esto se engañó: la posteridad no le ha hecho cargos, sino elogios. Los que denunciaron su psicosis sanguinaria fueron los hombres de su tiempo, sus contemporáneos, que lo conocieron de cerca.

Su biógrafo no rechaza la imputación, por el contrario la acepta con cierta jactancia y se limita a explicarla por eso que llaman razón de estado, que ha servido a los déspotas de toda época para justificar los más horrendos crímenes. . .

No tenía el doctor Moreno el atributo de la clemencia para los demás, . . pero la reclamaba para sí, cuando se veía en trance de ser juzgado.

Léanse las últimas palabras de su disertación ante los profesores de la Universidad de Chuquisaca, . .en 1802, al graduarse de doctor en derecho,. . y se verá a qué extremos llegaba en su propio interés quien se jactaba de carecer de aquel nobilísimo atributo.



Palabras tan melosas y suplicantes mejor quedarían en labios de una colegiala tímida, .  delante de la mesa examinadora, . que en los de un muchacho de 23 años, sobre cuya descomunal energía se hacen lenguas sus turiferarios.

"Notorios males —dice al impetrar misericordia, aludiendo a una reciente enfermedad que acababa de sufrir— han arruinado en mí los escasos conocimientos que había adquirido y en mucho tiempo estaré inhábil para mi reposición. Si con este triste  recuerdo logro excitar hacia mí vuestra conmiseración, . yo habría recogido de ellos un abundante fruto". . . .

Es decir: Aunque mi examen no os parezca bueno, . os suplico que me aprobéis, y creáis que mis deficiencias se deben al haber estado enfermo.

Los contemporáneos de Moreno, . que nunca lo vieron en los sitios de peligro y mucho menos en los campos de batalla, . conocieron, sin embargo, su pusilanimidad y sus odios.

"El miedo engendra el odio", dice Tertuliano.

El teniente inglés Ramsay, mandaba la goleta Misletoe, que condujo a Moreno cuando abandonó Buenos Aires, hasta embarcarlo en la fragata mercante La Fama, a bordo de la cual murió

El teniente Ramsay escribe el 17 de enero de 1811 al almirante Courey, comunicándole las últimas noticias del Río de la Plata, cuya política interna siempre ha interesado grandemente a los ingleses, y al darle cuenta de los recientes cambios de gobierno, le explica:

"El Doctor Mariano Moreno era jefe de una fracción que profesa los principios de Robespier y a él se debe la muerte de Liniérs". . . Anexo 8 del Despacho del Marqués de Wellesley, de 4 de marzo de 1811. Estado: América en general, Legajo 2. (19)  en el Archivo de Sevilla.

Don Cornelio de Saavedra, en carta a don Feliciano Chiclana, enviado por la Junta a regir los asuntos de Potosí, le comunica la caída de Moreno, a raíz de la incorporación de los diputados de las provincias, que Moreno pretendió resistir con el absurdo y antidemocrático empeño de que Buenos Aires gobernase a todo el Virreinato. . .¡ A las provincias había que pedirles su sangre y su dinero, mas no su opinión!

En esa carta, Saavedra refiere a Chiclana:

"El sistema robespierrano que se quería implantar en ésta, a imitación de la revolución francesa intentaba tener por modelo, gracias a Dios que ha desaparecido".

Esta denuncia de la extraviada ocurrencia de inyectar en la revolución de Mayo el sanguinario espíritu jacobino, repugnante por exótico y perverso, coincide exactamente con lo que asevera el teniente Ramsay.

Y por qué Chiclana podía tener informaciones erróneas sobre los motivos que hicieron salir de la Junta a Mariano Moreno, . Saavedra se apresura a darle detalles.

"Este hombre de baja esfera, . revolucionario por temperamento, . soberbio y helado hasta el extremo, se figuró que la benevolencia que el pueblo me manifestaba, era sólo debida a él, . y entró en celos y recelos; para esto su lengua maldiciente y alma intrigante empezó a buscar medios de indisponer los ánimos de algunos en la Junta y poco a poco fue ganando terreno. . Él era el que vociferaba lo que se decía en la Junta y me lo atribuía; . él no me nombraba sino por la segunda parte de Liniérs y su mira es que lo sea en todo; . él finalmente valiéndose del brindis del borrachón del cuartel la noche que nos convidaron en celebridad de nuestras armas y de un obsequio que le hicieron a Saturnina de una corona de dulce que guarnecía una de las fuentes y ella me la pasó a mí y yo se la devolví,  ,armó el alboroto de mi pretendida coronación y proclamación en el Cuartel y en la noche del 5 de diciembre trató se me prendiese y aún se me asesinase y si no se hizo fue porque no halló apoyo en ninguno. Entonces fue que salió con el reglamento de La Gaceta del día 8. . . .Es el decreto del 6 de diciembre de 1810. . . , que habrás visto, y yo accedí para hacerles ver su ligereza y el inicuo modo de pensar.

"En efecto, conseguí lo que me propuse. El pueblo todo. . . (el sensato digo) elogió mi modo de pensar y ha mirado con execración a este demonio del infierno.

"De aquí resultó la incorporación de los Diputados de las Ciudades interiores, y por conocer se le acababa el preponderante influjo que tenía en la Junta, hizo dimisión de su cargo. Yo fui el primero en no admitirla y entonces me llamó aparte y me pidió por favor se le mandase de Diputado a Londres: se lo ofrecí bajo mi palabra; lo conseguí de todos: se le han asignado 8.000 pesos al año mientras esté allí, se le han dado 20.000 pesos para que lleve para gastos; se le ha concedido el llevar a su hermano y a Guido, tan buenos como él, con dos años adelantados de sueldo y 500 pesos de sobresueldo, en fin, cuanto me ha pedido tanto le he servido, y el pago ha sido hacer un partido en mi contra, concitar a French, Beruti, y éstos actualmente a algunos alcaldes de barrio, para qué sé yo qué ideas, todas terminadas a que se me separe de la Comandancia de Armas... Yo me río de todos ellos, porque sé que sería otra tan bien gobernada como la del 1º de enero de 1809...

"Matheu es uno de los secuaces de este bárbaro por lo cruel y sanguinario. . . . . Citado por LEVENE RICARDO, La Revolución de Mayo y Mariano Moreno, Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, 1921,Tomo 2 Página 501.

Esta carta de Saavedra es el más puntual retrato que se haya hecho de Mariano Moreno, "y alumbra crudamente muchos rincones oscuros de su biografía.

El secretario de la Segunda Junta, que hurtó el cuerpo en las invasiones inglesas, y se arrinconó en la noche del cabildo abierto, pretendió intimidar con el asesinato y el terror.

Y aunque los demagogos lo presentan como una encarnación de la democracia, fue todo lo contrario de un verdadero demócrata.

Su irritada oposición contra los diputados de las provincias, es el gesto más antidemocrático que ofrezca nuestra historia en aquellos años. Al lado de esa violenta aspiración al despotismo, los fraudes electorales que ahora nos escandalizan, son pecadillos veniales.

Nada más contrario al espíritu criollo, siempre hostil a toda infiltración de métodos políticos extranjeros, que el pretender implantar en el Río de la Plata los procedimientos de la Revolución francesa.

Fue providencial para la joven patria el que Moreno no tuviera garra política con que realizar sus delirios.

Las pocas veces que escribió alguna cosa pregonó con palabras campanudas amor a la libertad de pensamiento y de imprenta, pero trató de aniquilar sin juicio previo a quien osara hablar o escribir, o siquiera pensar de otro modo que el suyo.

 A la manera de aquellos tartufos de la libertad, a quienes la historia conoce con el nombre de Girondinos, contradecía en los hechos sus soflamas habladas o escritas.

"Todo hombre —proclamaban los Girondinos en su Declaración de Derechos—, es libre de manifestar su pensamiento y sus opiniones".

Pero en su proyecto de Constitución castigaban con pena de muerte a quienquiera se atreviese a discutir por la prensa o de palabra los actos de gobierno. El fusilamiento de Liniérs y de sus cuatro desventurados camaradas es clara muestra de ello. . . .  BIRE E., La Légende des Girondins (París.  Víctor   Palmé. 1551), pág. 253.

Liniérs no fue más culpable que él propio Moreno, que el 1º de enero de 1809 se alió con Álzaga y aceptó el ser secretario de una Junta encaminada a voltear al Virrey Liniérs, a quien sospechaban como favorable a la emancipación del Río de la Plata.

En estricta justicia, era cien veces peor la culpa del nativo que se oponía a la libertad de su país, que la del infortunado francés que permanecía fiel al Rey de España a quien había servido tantos años.

Liniérs fue fusilado y Moreno tiene estatuas.

No toda la responsabilidad de este absurdo crimen debe recaer sobre Moreno, pues se repartirá siempre entre Saavedra y los demás miembros de la Junta, que carecieron de energía para contener a quien habiendo sido tan avaro de su propia sangre en los campos de batalla, se mostraba tan generoso de la sangre ajena en el cadalso.

Si Saavedra apareciera como único responsable del fusilamiento de Liniérs, es seguro que hoy la mayoría de nuestros historiadores abominarían de la más repugnante iniquidad de la historia argentina.

Pero como se sabe que fue una de las pocas resoluciones de la Junta inspiradas por Moreno, discurren mil sofismas para acallar la humana repulsión y convertir ese horror en un motivo de encomio, por la tremenda energía que allí descubren.

Es falso que para salvar la Revolución fuera necesario sacrificar al vencedor de los ingleses, una de las más puras glorias argentinas. Habría bastado asegurar su persona,

Liniérs, a quien Moreno (según antes demostramos), por cuenta del Cabildo había acusado de criollismo en notas al rey, era menos peligroso para la Revolución que Álzaga acérrimo realista.

Y sin embargo Álzaga conservó su libertad y sus bienes y pudo seguir conspirando en el propio Buenos Aires.

[No! Liniérs no fue sacrificado por la salud de la nueva patria. La verdad histórica hay que descubrirla y denunciarla: Liniérs fue entregado por pusilanimidad de los otros miembros de la Junta a la venganza de Moreno que lo odiaba, con un encono que no sació ni siquiera la muerte, y del que hacen fe los dos libros de Manuel Moreno, quien se encarniza con esa ilustre figura y habla de "su corrupción", "su prodigalidad", "su necia intrepidez", "sus vicios" y "la execración que le han merecido sus manejos públicos".

Sí no totalmente falsas, , estas imputaciones son sobremanera exageradas y demuestran una persistente aversión, no satisfecha ni con la matanza de Cabeza del Tigre, lugar donde lo fusilaron.

La orden de sacrificar a Liniérs fue una disposición que obtuvo Moreno de la complacencia inexcusable de Saavedra y sus colegas.

La sentencia de muerte lleva fecha del 28 de julio de 1810 y manda "arcabucear" a don Santiago de Liniérs, a don Juan Gutiérrez de la Concha, al Obispo de Córdoba, monseñor Orellana, al doctor don Victorino Rodríguez, al coronel don Santiago Alejo de Allende y a don Joaquín Moreno. Documento monstruoso que no dice por qué crimen se inmola a aquellos hombres, ni siquiera aduce el más liviano pretexto. Unas pocas líneas ampulosas, en el estilo falaz de los terroristas, una invocación hipócrita a "los sagrados derechos del Rey. . ." (!) y nada más.

¡Los sagrados derechos del Rey! En la Representación de los Hacendados hay frases parecidas. Moreno no abandona jamás esta prosa bombástica y servilona.

Se comprende que los historiadores, empeñados en hinchar su gloria, hayan evitado el publicar la Diera, a fin de esconder su falta de fundamento jurídico, apenas paliada con los lugares comunes de la literatura jacobina.

Reproduzcámosla aquí. Es realmente el estilo de aquél, que simultáneamente y con la misma pluma escribía informes al Rey, acusando al Virrey Liniérs por cuenta del Cabildo, y notas al mismo Rey acusando al Cabildo por cuenta, de los Oidores. . . .    Vida y Memorias   del   Doctor Don Mariano Moreno (Londres 1812). Página 107.

Lo triste para  el alma argentina es ver al  pie de ella  las firmas ilustres de Saavedra y de Belgrano.

"Los sagrados derechos del Rey y de la Patria —reza el escrito—, han armado el brazo de la justicia y esta Junta ha fulminado sentencia contra los conspiradores de Córdoba, acusados por la notoriedad de sus delitos y condenados por el voto general de todos los buenos.

"La Junta manda que sean arcabuceados Don Santiago de Liniérs, Don Juan Gutiérrez de la Concha, y el Obispo de Córdoba, Don Victorino Rodríguez, el Coronel Allende y el Oficial Real Don, Joaquín Moreno. En el momento en que todos o cada uno de ellos sean pillados, sean cuales fuesen las circunstancias se ejecutará esta resolución, sin dar lugar a minutos que proporcionaren ruegos y relaciones capaces de comprometer el cumplimiento de esta orden y el honor de Vuestra Señoría.

"Este escarmiento debe ser la base de la estabilidad del nuevo sistema y una lección para los Jefes del Perú, que se abandonan a mil excesos por la esperanza de la impunidad y es al mismo tiempo la prueba fundamental de la utilidad y energía con que llena esa Expedición los importantes objetos a que se destina.

"Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años. Buenos Aires, 28 de Julio de 1810. Cornelio de Saavedra, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Domingo Matheu, Juan Larrea, Juan José Paso, Mariano Moreno.

"A la Junta de Comisión de la Expedición a las Provincias interiores" . . .  ROSA,  ALEJANDRO, Medallas y Monedas de  la  República Argentina (Buenos Aires, Imprenta M, Biedma, 1898), páginas. 34 y 35.

Los así condenados, . sin ley, . sin culpa, sin proceso, no eran conspiradores, ni rebeldes; y uno de ellos, que en su desgracia envolvió a todos, había caído del poder en 1809 por su adhesión a la causa de la emancipación, . que en aquel año combatía uno de los firmantes de su sentencia de muerte.

¿Qué habría costado atraer a Liniérs si precisamente se le había derrocado antes y proscrito porque se le sabía partidario de la independencia?

No eran ni rebeldes, ni conspiradores, sino fugitivos, a quienes su mala estrella hizo caer en manos de la patrulla que desprendió Ocampo en su persecución.

Una vez que los tuvieron presos, Ocampo, el jefe militar y Víeytes, el auditor, suspendieron la ejecución y escribieron a Buenos Aires haciendo valer ante la Junta razones, para no fusilarlos; razones no sólo de justicia y de humanidad, sino de alta política.

El frenesí que se apoderó de Moreno al recibir estas comunicaciones está patente en una carta nunca citada por los historiadores, y que se conserva entre los manuscritos de la Biblioteca Nacional, en copia autenticada por don Juan María Gutiérrez, fervoroso liberal y como tal morenista, que tuvo en su mano el original.

A pesar de que contiene un término de una grosería inaudita, vale la pena reproducir el documento, aun a riesgo de escandalizar el pudor de algún fariseo melindroso.

La carta es a don Feliciano Chiclana, que formaba parte de la expedición al interior, y está fechada en Buenos Aires a 17 de aposto de 1810.

Empieza con un latinajo sarcástico contra el jefe de la expedición. Encuentra ridículo, como el ratón que parieron las montañas, el que toda una expedición de 1.000 hombres armados no haya hecho más que tomar prisioneros, sin matar a nadie todavía.

El discípulo de Robespier está impaciente porque se derrame sangre ajena.

"Amigo del alma: parturient montes, nascettir ridiculas mus, Desmiés de tantas ofertas de energía y firmeza pillaron nuestros hombres a los malvados, pero respetaron sus galones y c . . . . Ensuciándose. . . Pero lo escribe con todas las letras de la torpísima palabra, que no osamos transcribir aquí. . . en las estrechísimas órdenes de la Junta, nos los remiten presos a esta ciudad. No puede Usted figurarse el compromiso en que nos han puesto y si la fortuna no nos ayuda, . .veo vacilante nuestra fortuna por este solo hecho,

"¿Con qué confianza encargaremos obras grandes a hombres que se asustan de su ejecución?. . . . . Biblioteca Nacional, Sección Manuscritos, Documento Nº 5154. . .

A toda prisa la Junta despachó a Castelli, . . cuyo temperamento era a propósito para interpretar a Mariano Moreno. . Castelli no se hizo rogar, y ya veremos cómo cumplió no solamente en esa oportunidad, sino después en Potosí, las instrucciones despiadadas de Moreno.

El 26 de agosto de 1810, cerca de la posta llamada Cabeza del Tigre, en la provincia de Córdoba, . .Castelli, encontró la patrulla que conducía a los prisioneros hacia Buenos Aires.

Inmediatamente les comunicó que debían prepararse para morir. ,  El Obispo Orellana, preso con ellos por la misma culpa, . . pero indultado por temor a que el sacrilegio de su ejecución sublevara al pueblo, impartió los auxilios espirituales a sus desgraciados compañeros. . . Tres horas después caían bajo el plomo de soldados a quienes Liniérs había conducido a la victoria, en memorables batallas que enaltecen la historia argentina.

En el lugar de la tragedia, donde se dio sepultura a los muertos, una mano desconocida fijó un cartel con los nombres de las cinco víctimas dispuestos en acróstico, que formaba la palabra Clamor:

Concha

Liniérs

Allende

Moreno

Orellana

Rodríguez

Los panegiristas de Moreno que llaman a este asesinato "el bautismo de sangre de la revolución" son los mismos. . . —¡oh contradicción!—, que se felicitan y nos felicitan a todos porque la revolución del 25 de Mayo fuera incruenta, es decir, una revolución no hecha por soldados belicosos, sino por inofensivos votantes. "Esta tragedia—dice el historiador José Manuel Estrada—, puso sangre en la bandera revolucionaria ¿y por qué velar mi pensamiento? Liniérs, su pacífica mansión en Alta Gracia fue atronada por el alboroto más inmoral, porque los turbulentos agentes de la revolución, no satisfechos con secuestrar sus propiedades, insultaron su santo hogar y sus hijos lloraron de hambre como los hijos de Belisario". . . . ESTRADA,JUAN MANUEL, Lecciones sobre la Historia de la República Argentina, tomo 2 Pagina 13, citado por VICENTE GAMON, en Lecciones de Historia Argentina, Buenos Aires, Angel Estrada y Compañía. Tomo 1 Página 15. . . .

Castelli había empezado a cumplir los planes terroristas de Moreno, cuyos amargos frutos para la patria veremos pronto.