miércoles, 15 de febrero de 2017

2DA.PARTE-CAP. XXIV LA INFLUENCIA HEBREA NORTEAMERICA-CAP-XXV PLANES FINANCIEROS DE LOS HEBREOS

 XXIV LA INFLUENCIA HEBREA EN LA VIDA INTELECTUAL NORTEAMERICANA  
XXV PLANES FINANCIEROS DE LOS HEBREOS
"Aparece la cuestión judía allí donde los judíos hacen acto de presencia", dice Teodoro Herzl , "porque ellos mismos la provocan". No es su número el que la provoca, porque en casi todos los países residen, numéricamente, más extranjeros de otra procedencia, que hebreos. No resulta tampoco de las tan celebradas facultades superiores judías, porque se vio que en todas partes donde el judío se halla en la necesidad de competir con otros pueblos en las mismas condiciones de trabajo honesto , no se advierte absolutamente nada de dichas facultades superiores. Únicamente al quitárseles la posibilidad de muchos ardides , se enfría notablemente el celo y la actividad en muchos hebreos.
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La cuestión hebrea en Norteamérica no se basa ni en el número de los judíos, ni en la envidia de los yanquis por los éxitos de los judíos, sino que nace de la influencia hebrea sobre todas las manifestaciones de la vida yanqui. El hecho de ejercer tal influencia, lo confirman con orgullo ellos mismos. Pero si nos dicen que ellos "nos dieron nuestra Biblia", que procede "de ellos nuestra religión y nuestro Dios" y en todo esto no hay un átomo de verdad, tampoco deberían enfadarse cuando nosotros nos dedicamos a completar la lista de sus verdaderas influencias.
Proceden estas influencias de la idea judaica , no del pueblo hebreo, pues este es solo el portador de dicha idea. Representa esta idea la mas grosera forma del materialismo, y se demuestra sobre todo en el tereno del trabajo . Manifestarse en la forma de una expropiación de valores reales producto del trabajo, a favor de valores ficticios. La filosofía hebrea aplicada no consiste en crear valores, sino en amasar dinero, lo que constituye una diferencia fundamental. Se explica de ahí, por ejemplo, que los hebreos no sean jamás "capitanes de industria", sino siempre "financistas". En suma que existe una diferencia entre "producir" y "recoger". r
El trabajo intelectual creador, productivo, se siente atraído por su correspondiente trabajo físico, estando ambos íntimamente ligados entre si. El trabajador no-judío decidióse antiguamente por su oficio, según sus inclinaciones. Solo muy difícilmente resolvióse a abandonarlo, porque entre el y su obra existía un lazo espiritual. Prefirió ganancias menores solo por seguir en su oficio, antes que ganar mucho dinero en otros trabajos que interiormente le eran ajenos. El productor esta ligado a su producto. Su trabajo es para el, no solo una fuente de ingresos, sino también una vocación interior.
No así el que recoge. A este poco le importa la ocupación con tal de que le rinda dinero. No existen lazos internos, sentimientos, aficiones, sacrificios. La obra a la cual se dedica no renunciaría totalmente a toda producción, pues prefiere comerciar con valores y obras producidas por otros, interesándole de ellas únicamente la utilidad que pueda extraer.
Existió otrora también un orgullo de profesión. Los que producían fueron de temple honrado. Se acrisolaba su carácter en la conciencia de que eran ellos mismos una parte útil de la sociedad; en una palabra: era "productores". Y fue la sociedad sana y vigorosa en tanto este orgullo productor reconocíase como algo honroso. El zapatero experimentaba satisfacción y orgullo ante un par de botas que le habían salido bien. El campesino se sacrificaba a su labor, sin mirar de soslayo al lejano "mercado de cereales", ni al precio constante y sonante como recompensa de su trabajo. Por doquier resulto ser la obra lo principal; el resto era secundario.
Consistió el único medio de destruir estos sólidos fundamentos de la sociedad natural en divulgar otras ideas entre los pueblos, de las cuales, fue la mas peligrosa aquella que paulatinamente iba colocando en primer termino del interés el concepto "recolector". De tal manera toda la vida comercial yanqui iba sufriendo una transformación radical. Los hebreos aparecieron a la cabeza de las finanzas; pero también simultáneamente, al frente de todos los movimientos obreros.
La idea "recolectora", la de obtener ganancias sin miramientos de ninguna especie, tomada por si, es completamente antisocial y destructiva. Solo cuando se presenta secundariamente junto a la idea "productora", adquiere cierto derecho. Pero en el instante en que una persona, o hasta una clase entera, viene sojuzgándose a la idea "recolectora", pierde el cemento que la uniera antes a la sociedad, se desmorona su facultad ligadora, y sobreviene el derrumbamiento.
En tanto los judíos no puedan probar que la penetración del espíritu hebreo haya elevado intelectual, moral, económica y políticamente a la clase obrera, sigue en pie la grave acusación de que su influencia fue destructiva y traidora al pueblo.
No significa "reacción", la repulsión y supresión de este espíritu, sino que constituye un retorno a los caminos de nuestros antepasados, los anglosajones, que nos llevaron a las alturas, y cuya raza demostró que hasta hoy salieron de ella los maestros verdaderos de las obras terrenales, los creadores de ciudades, del comercio, industrias y trafico, y los descubridores y exploradores de nuevos continentes; ellos y jamás los judíos, que nunca fueron constructores ni exploradores, sino que cuando mucho siguieron las huellas de los conquistadores. Sin embargo, por este mero hecho de que en su vida jamás fueron los primeros en poner el pie en selvas vírgenes no merecen reproche; mas si por el cinismo con que exigen para ellos igualdad en todos los derechos , como aquellos conquistadores. Otro reproche mucho mas grave aun merecen los descendientes de aquellos anglosajones, por abandonar el honrado idealismo de sus antepasados, recogiendo, en cambio, las turbias ideas de Judas.
Constituyen las Universidades de manera especial, el blanco de los ataques de estas ideas hebreas. Es aquí donde el espíritu de los anglosajones corre peligro en su esencia, sucumbiendo los hijos de los fundadores de la filosofía de los destructores. Con toda inocencia se entrega el joven estudiante a las alegrías de la libertad espiritual, y ya le rodean ideas seductoras, cuyos orígenes y consecuencias no sabe apreciar. Juventud significa extravagancia, es la fermentación que presagia un buen desarrollo. Arrogante y osado sacude las viejas creencias paternas. Emanan estas actitudes de un exceso de vigor, que luego se trocara en fuerte virilidad. Justamente en esta época de su desarrollo cae la juventud más fácilmente en las redes que astutamente se le tienden. Muchos, al correr de los años, vuelven a hallar los buenos fundamentos antiguos. Reconocen, entonces, que el "amor libre" puede ser una seducción para el libertinaje juvenil, pero que la familia, el viejo cariño y la lealtad de un hombre a una mujer y a los hijos de los dos, ofrece la única base sólida no solo de la sociedad en general, sino de la fuerza del carácter personal, y de todo progreso moral. Y advierten también, que en lo que respecta a las "revoluciones", aunque se pueden pronunciar hermosos discursos, en los cuales se nada en súper-humanidades, no representan realmente la forma más lógica para el progreso humano. Y también reconocerán que bajo la bandera estrellada de los Estados Unidos se vive mucho mejor que bajo la estrella soviética.
Desde hace años se ocupan diarios y revistas del alarmante estado de animo existente en nuestras Universidades, y buscan las causas que lo provocan. La respuesta (para quien comprendió la influencia hebrea sobre nuestra vida toda), resulta en extremo sencilla: es que el espíritu hebreo de critica negativa, destruyo en nuestra juventud el respeto y la estima a las buenas tradiciones yanquis, en unión con las teorías social-revolucionarias también hebreas. Conjuntamente trabajan estas ideas hebreas en el cumplimiento del plan expuesto en los "Protocolos de los Sabios de Sión", en el sentido de disolver las comunidades políticas y nacionales de los infieles, mediante ideas absurdas continuamente repetidas.
Es inútil quejarse de la "irreligiosidad" y del "radicalismo" de nuestra juventud estudiantil, pues tales fenómenos se presentan siempre en unión con la falta de madurez espiritual. Mas no es inútil, en cambio, demostrar que el radicalismo revolucionario y la hostilidad contra el fundamento religioso de la ley moral, provienen de una y la misma fuente. Colóquese por encima de esta fuente del espíritu revolucionario y de la irreligiosidad el termino " judío ", y dígase con franqueza a los hijos de anglosajones en que fuente beben.  Se vigorizan las energías revolucionarias acumuladas en el judaísmo con la autoridad de que gozan los estudiantes y algunos profesores no-judíos, que se dejaron engañar en Rusia, y sabemos todavía lo que significaba en la historia revolucionaria de ese país la palabra "estudiante".
¿Como reaccionar contra ello? Pues, simplemente llamando por su nombre verdadero la fuente y el carácter de las influencias que inundaron nuestras Universidades. Deberá saber los estudiantes que es necesario que se decidan ya por el espíritu de sus antepasados anglosajones, o por el del desierto de Siria, encarnado en la tribu de Judá. Es decir: si desean seguir a los constructores o a los destructores. El único reactivo eficaz e infalible contra la influencia del espíritu hebreo consiste en volver a hacer nacer en nosotros el orgullo racial . Fueron nuestros padres hijos de la raza anglosajona-celta; hombres que poseían una fuerza cultural inoculada en su sangre y su destino, que en regiones inhospitalarias clavaron la bandera de una creación cultural; que por poniente avanzaban hasta California, y por el norte hasta Alaska; que poblaban Australia y ocupaban los pasos de los continentes en Suez, Gibraltar y en Panamá; que abrieron zonas tropicales, y conquistaron las regiones perennemente heladas. Fueron germanos los que fundaron casi todos los Estados que dieron a los pueblos normas imperecederas, y que en cada siglo dejaron un claro ideal. Ni su Dios ni su religión fueron tomados de los judíos, sino que son ellos el pueblo "predilecto" del Señor, los dueños del mundo, al que van perfeccionando cada vez más, pero sin destruirlo primero como el hebreo pretende.
En el campamento de una raza así, entre los hijos de tales padres, se va deslizando un pueblo sin cultura, sin religión ni ideal, sin idioma propio, sin una gran hazaña, como no sea en el terreno de "ganar dinero", expulsado de todas las naciones que le brindaron hospitalidad. Y ¿pretenden venir a decir a los retoños de los sajones lo que es preciso hacer para que el mundo sea perfecto?
Debe existir en la Universidades tribuna libre e intercambio libre de ideas; pero lo judío, que se siga llamando judío, y en general, que aprendan nuestros hijos a darse cuenta cabal de lo que es el misterio de la raza .
Se hace ya la luz. Los procedimientos de la raza extraña quedan en evidencia. Estos son sencillos: se exige primero la "secularización" de la escuela elemental: este concepto es de origen hebreo y persiguen fines hebreos. Consiste su habilidad en que el niño no debe llegar a saber en modo alguno, que cultura y patria radican en los fundamentos de la religión anglosajona. ¡Ni una palabra de esto! Tampoco el niño deberá enterarse de nada de lo que pudiera instruir debidamente acerca de la raza judía.
Preparado así el terreno, maduro el fruto para avanzar contra los colegios secundarios y las Universidades, con el "noble" objeto de ridiculizar todo lo cristiano y de llenar el vacío producido por las ideas disolventes judías.
Se "secularizan", las escuelas elementales, y se "judaízan" las Universidades. El conjunto se denomina "liberalismo", que tan insistentemente recomiendan los voceros judíos. En las entidades obreras, en la Iglesia y en las Universidades, ya despunto ese liberalismo sobre los apreciativos fundamentos del trabajo, de la fe, y de la vida social. El capitalismo huérfano, es solo el capitalismo productor no-judío; la ortodoxia atacada no es otra que la religión de Cristo; la forma societaria expuesta a acérrima critica, es la genuinamente aria. La destrucción de todo eso redundaría en
exclusivo beneficio de Judá.
Podría prolongarse a voluntad tal enumeración, porque la influencia hebrea llega a todos los terrenos de nuestra vida cultural.
Dijo cierto propietario anglosajón mal aconsejado por un diario: "Cuando los hebreos pueden tanto, es porque tienen también el derecho para ello", lo cual no es mas que una variación sobre el lema de: "¿Como es posible que tres millones de hebreos puedan dominar a cien millones de norteamericanos?"
Quedemos de acuerdo en que si la inteligencia hebrea resulta superior, si sus facultades espirituales demostraran mayor valía, deben vencer, y en que fuerza y la ideología anglosajonas deben hundirse en el polvo bajo la planta de Judea.
Pero ante todo , que ambas ideas con la visera levantada, bajen a la arena de combate . No es una lucha leal, el que la idea anglosajona en cinematógrafos, escuelas y Universidades sea ocultada a los anglosajones con el pretexto de que es "sectaria", o "chauvinista", o "anticuada", u otras estulticias por el estilo. Es deshonroso e indecente que las ideas judías se cubran con el pabellón de Anglo-Sajonia. Llamemos a la herencia espiritual y cultural de nuestros antepasados por su honesto nombre anglosajón, y la idea hebrea no triunfara jamás sobre ella. Esta no puede vencer, sino cuando haya logrado arrancar a un pueblo del suelo sagrado de su arraigada cultura. ,
Fue Judá la que rompió las hostilidades. A nadie arredra la lucha, cuando esta se lleva francamente. A tal objeto, deben saber nuestros estudiantes y maestros, que en esa lucha se juega la existencia de los bienes espirituales de nuestra raza, que creo toda la cultura de que disfrutamos y que se siente con bríos  suficientes para ir edificando todavía la cultura de tiempos venideros. Y deben saber, por otro lado, que el que nos ataca es el judío.
Esto es todo cuanto hace falta. Y justamente contra esto protestan los hebreos, llamándolo "odio de razas". ¿Por que? Porque la ideología hebrea debe lamentablemente fracasar desde el instante en que no pueda ocultarse bajo una bandera falsa, desde que no pueda ya atacar revestida de falsos e ingeniosos disfraces. No teme la ideología aria la luz del día.
¡Permitid que cada idea enarbole su propio lábaro, y ya veremos!
 
XXV PLANES FINANCIEROS DE LOS HEBREOS  

Se funda el poderío financiero judío en sus recíprocas relaciones internacionales, extendiéndose sobre todo el mundo en forma de una ininterrumpida cadena de Bancos y puntos de enlace financieros, ubicándose siempre del lado de aquellos que se prestan a favorecer las jugadas dudosas de los estrategas hebreos. Se hallaba su sede central, y tal vez se encuentre hoy en Alemania, o mejor dicho, en Francfort sobre el Maine, pero cierta manifiesta nerviosidad parece indicar que se va tornando necesario su traslado. Pudiera ser que la Providencia resultara, al fin y al cabo, más fuerte que todo el poderío financiero hebreo. De doquiera confluye el oro del mundo entero para ser engullido por los sótanos de los edificios bancarios de las Américas del Norte y del sur. Mas no para fructificar en dichos continente, sino para movilizar el dominio hebreo hacia un ultimo golpe desesperado. Esta gran potencia financiera hebrea, tiene miedo . Tiene para ello razón suficiente. La sangre derramada durante la guerra mundial, cuyos intereses aun ahora esta cobrando, chorrea en sus manos. ¡No es de extrañar, entonces que el judaísmo tiemble ante la posibilidad de verse desenmascarado!
Algunos grandes Bancos hebreos en diferentes países, por poderosos que fueren, no constituirían
de por sí un peligro. En competencia leal y con armas idénticas, no puede sostenerse el judío. Los Rothschild no fueron jamás banqueros en el sentido propiamente dicho de esta profesión, sin o que oficiaron de prestamistas de dinero a los Estados , a cuyos representantes sobornaron previamente para que emitieran empréstitos. Estos hebreos enhebraban sus negocios tal como el usurero, que induce al hijo ingenuo del aristócrata a que le solicite dinero prestado, sabiendo que su padre lo pagara.
A nosotros, entonces, no nos interesa el banquero hebreo individualmente. Los loros que repiten estúpidamente las frases hebreas, creen que el negociante judío tiene el mismo derecho a ganar que otro negociante cualquiera. Nadie lo niega. Pero cuando observamos frente a nosotros una cadena ininterrumpida de consulados financieros de sistema uniforme, y que no pueden considerarse Bancos norteamericanos, franceses, británicos españoles, ni alemanes, sino que representan solo eslabones de la cadena universal bancaria hebrea, resulta que, efectivamente, no se trata aquí de individuos judíos, que como otras personas pueden dedicarse a sus asuntos, particulares, sino de un conjunto de inimaginable poder, con fines buenos o malos. Lo malo, sin embargo, tiene enorme preponderancia sobre lo bueno.
Tal sistema bancario universal no quiere decir tampoco que en cada país la casa de banca mas fuerte sea precisamente judía. Así, por ejemplo, Kuhn, Loeb Cia ., no representa ni con mucho el instituto bancario más sólido de los Estados Unidos. Empero, emana de esta casa un sistema financiero, que actualmente prevalece en la totalidad de la Hacienda yanqui. Paul Warburg , semita de procedencia germana y miembro del trust financiero universal hebreo, fue enaltecido en los círculos oficiales norteamericanos con elogios completamente inmerecidos. La influencia de este espíritu de Warburg , conjuntamente con el de los Stern, Fürstenberg, Sonnenschen, Sansoon, Samuel y Bleichroder en otros varios países, fue verdaderamente asombrosa.
Los financistas judíos "hicieron" la guerra mundial , así como hicieron todas las guerras de importancia. Ningún hebreo iniciado lo negara, y aun muchos de ellos se jactan de tal hazaña, como una señal inequívoca del poderío mundial judío. Reinaba por encima de los Estados beligerantes una junta financiera internacional puramente judía, inalcanzable o inhallable. Si los miembros de dicha junta hubiesen realmente sido leales a sus respectivas patrias, ninguno de ellos habría podido prevalecer entre ellos. Por el contrario, estando como estaban unidos en potencia financiera supranacional, poseyendo secretos de todas las naciones , manteniéndose en constante relación personal mutua, aun en épocas en que estaban rotas todas las comunicaciones entre las naciones beligerantes; siendo, además, los verdad eros señores susceptibles de decidir sobre la duración de la guerra, como sobr e la hora de la mal llamada paz , convertíase este grupo hebreo en horrendo peligro para quien haya comprendido tales maquinaciones y contactos subterráneos.
Llama la atención del lector de los "Protocolos" el gran número de párrafos que hablan de asuntos monetarios y financieros. La replica hebrea de que dichos Protocolos solo pudieron ser redactados por un criminal o un loco, esta calculada para aquellos que, o bien no los leyeron, o que pasaron por alto los planes financieros contenidos en ellos. Los criminales o los locos no suelen hacer tan fría y científicamente la autopsia de un sistema financiero vigente, proclamando frente a aquel, otro nuevo y para ellos mejor. Es preciso, pues, que nos ocupemos de nuevo detenidamente de algunos de esos puntos a que hacen referencia los Protocolos.
"Allí donde nos vaya mal, nos transformaremos en proletariado revolucionario, convirtiéndonos en suboficiales de los partidos subversivos. Cuando surjamos, con nosotros también surgirá el siniestro poder de la Bolsa", como decía el jefe sionista Teodoro Herzl en su obra titulada: "Un Estado judío". Ante esa unión entre la anarquía y la preponderancia bursátil, se halla el mundo actualmente. Véase lo que ocurre en Rusia, y véase también lo que hizo esa caterva de agentes que acudió a Versalles para restablecer la "Paz". Esta fue hecha por financistas, siendo aquel Tratado el recibo presentado no solo a un enemigo vencido, sino al mundo entero. Recogen ahora los banqueros
judíos los intereses de todas las partes del mundo.
Resulta interesante leer al respecto lo que dice el Protocolo núm. 6: " Al siguiente día de la catástrofe política (¡!) empezaremos ya a crear poderosos monopolios y acumulaciones de riquezas, frente a los cuales las mayores fortunas no-judías quedaran dependientes en tal forma, que por fuerza se resquebrajaran, y con ellas todo crédito nacional".
"Al propio tiempo será preciso instigar enérgicamente el comercio y las industrias, y particularmente la especulación, cuya tarea consistirá en servir de contrapeso a la industria. Sin ella, la industria aumentaría la opulencia general, mejorando, asimismo, la situación de la agricultura, y llegaría a ponerse en condiciones de emanciparse de sus deudas a los Bancos hipotecarios. Mediante la industria se evacuara el campo llano, tanto de hombres, como de capital. Con la especulación deberá afluir el dinero de todo el mundo a nuestras manos. A fin de destruir la industria de los infieles, despertaremos en ellos la sed de toda índole de lujos, como estimulo para la especulación".
Queda aquí establecida netamente la idea de que los derroches y las deudas, favorecen el poderío del prestamista hebreo. No acredita este, dinero para fortificar, las industrias, sino para explotarlas. Cualquier opulencia independiente, industrial o agrícola, amenaza su preponderancia mundial. Debe la industria, entonces, refrenarse por medio de la especulación, que se aumentara a su vez con el cotidianamente más creciente lujo. Un pueblo trabajador puede muy pronto librarse de deudas con el producto de su trabajo. Por eso es preciso despertar en él apetitos nuevos y mantenerlo en la esclavitud deudora. Consiste uno de los medios para ello en "deshabituar" a la vida del campo.
"Lograremos por la fuerza el aumento de jornales, mas no serán beneficiosos para los obreros porque al propio tiempo aumentaremos los precios de todas las necesidades de la vida, con el pretexto de que es el resultado de la crisis de la agricultura y la ganadería. Socavaremos también profunda y artificialmente, las fuentes de toda sana producción, a fin de infiltrar a los obreros ideas ácratas e inducirles al alcoholismo..."
Ocurrió todo esto realmente y es conocido de todo el mundo o Conserva el Museo Británico de Londres desde el año 1906 un ejemplar impreso de dichos "Protocolos". ¿Los redactó, pues, un profeta, que supo místicamente prever los acontecimientos, o más bien un poder que fríamente los prefijara?
El plan mundial judío, tal como se muestra en dichos Protocolos, se basa especialmente en premisas económicas falsas , a cuya adopción es preciso inducir a gobiernos y pueblos. Mas estas no solo son falsa, sino que se esgrimen conscientemente al objeto de engañar, tornándose irrealizables.
Los conceptos efectivos que tiene el judío de la vida económica, son absolutamente distintos de aquellos que enseñan a los infieles . Los financistas judíos conocen mejor que nadie lo  rematadamente absurdo del sistema financiero vigente, pero extraen su provecho de dicho absurdo, destruyen la sociedad no-judía y fortifican así el predominio pan-judío. Se esfuerzan con toda energía en mantener este sistema falso, hasta tanto nos lleve al inevitable derrumbamiento. Desearían, entonces, reedificar el mundo de acuerdo con los principios financieros verdaderamente hebreos. El falso sistema sirve solo para la era todavía no-judía. Que efectivamente, se trata la vida económica actual, esta demostrado en el tercer Protocolo. Se dice allí, luego de haberse indicado los medios conducentes a instigar el odio de las clases bajas contra los ricos: "Aumentara esta enemistad todavía a raíz de situaciones criticas, que lleven a catástrofes bursátiles y a la paralización de todo el mecanismo.  Cuando hayamos provocado la crisis económica general por todos los medios subterráneos de nuestras manos, provocaremos en toda Europa, con las masas de obreros, conflictos callejeros . Los obreros derramaran la acostumbraron desde su infancia a envidiar, y cuya propiedad creerán poder después repartirse entre sí".
Es todo esto de público dominio, como que ocurre ya en Europa. Las armas primeramente esgrimidas fueron de índole económica. El plan judío ser realizó merced a la división de la sociedad no-judía en ricos y pobres. Divide y vencerás, tal es el lema del hebreo. División de la sociedad cristiana por medio de animosidades económicas, confesionales, sociales y nacionales, en tanto los judíos forman una unidad compacta , que solo por este hecho se halla en condiciones de dominar a un mundo dividido en su seno. Tengamos únicamente en cuenta el enorme poderío hebreo en Rusia, Alemania, Austria, Francia, Italia, Inglaterra y los Estados Unidos, como resultado de la guerra mundial. Ningún banquero judío de Rusia fue molestado, en tanto que a los no-judíos se les paso por las armas, quitándose sus bienes. El bolcheviquismo no supr imió el capitalismo; solo traspaso los capitales de propietarios no-judíos a manos judías, y este es en realidad el único y e x clu siv o o b j e t o , t a n o d el s o cialis m o , c o mo del anarquismo y del bolcheviquismo . Allí donde se publique la caricatura de un capitalista cubierto de oro y brillantes, llevara, inevitablemente las facciones de un tipo no-judío. Los "capitalistas" denunciados en el periodismo rojo, no son nunca judíos. Cualquier huelga de importancia, en los ferrocarriles, en la industria del acero o en la minera, va siempre contra empresas no-judías: radica ahí toda la finalid ad del movimiento obrero rojo . Es de una raza extraña, es semita y es anticristiano.
Un punto interesante de los "Protocolos" es el de la contraposición del sistema financiero actualmente favorecido por los judíos, y que representa el sistema hebreo genuino.
Se dice en el Protocolo 20: "El patrón de oro destruyó a aque llos Estados que lo adoptaron , pues no pudo realmente satisfacer la demanda de signos monetarios, especialmente por la razón de que retirábamos tanto oro de la circulación como considerábamos conveniente". El no-judío ingenuo preguntara: "¿Por que podían los hebreos tener interés en retirar el oro de la circulación, no pudiendo así extraer beneficios del mismo?" No olvidemos al respecto lo dicho acerca de la diferencia fundamental entre el "productor" y el "recolector". Para la gente cuya herramienta es el dinero, una crisis económica resulta mucho más lucrativa que una época prolongada de bienestar económico.
"Provocamos situaciones criticas en la vida económica, con tal de dinero de la circulación". Todo el mundo sabe que la desaparición del dinero disponible de la circulación general, produce pánico y consternación. Nosotros, los norteamericanos, fuimos testigos durante quince meses de tal desaparición y de sus consecuencias. La orden respectiva se envió telegráficamente a los financistas para un día determinado, y ese mismo día sobrevino una catástrofe económica en todo el territorio de la Unión. Banqueros honestos intentaban ayudar, en tanto que aquellos otros iniciados extratanpingües ganancias de aquella catástrofe. Se substrajo el dinero a su objetivo legal, siendo dado a los especuladores al 6 por ciento, quienes a su vez volvieron a prestarlo al 30 por ciento.
No se le ocurrirá a ninguna persona cuerda querer explicar tales acontecimientos como "leyes naturales", ni como consecuencia de una practica comercial honesta.
En otra parte se burlan los Protocolos de la política financiera de los gobiernos, diciendo: "A raíz de métodos admitidos por gobernantes torpes, vacióse el Tesoro publico. Seguía a esto el periodo de contraer deudas y de gasta los últimos activos, y esto llevo a los Estados no-judíos al borde de la bancarrota".
Están los Estados en bancarrota, desde el punto de vista financiero , y se sostienen solo artificialmente por medio de contribuciones tan enormes, que equivalen a la desposeción. Estados Unidos, falsamente llamado el "país más rico del mundo", se halla en su condición de Estado exactamente tan pobre y arruinado como cualquier otro. Nada tiene, salvo deudas, y sigue contrayendo empréstitos.
Dicen mas adelante los Protocolos: "Demuestra cada empréstito la incapacidad e ignorancia del respectivo gobierno en cuanto a los derechos del Estado. Los empréstitos, como espada de Damocles, se suspenden sobre las casas reinantes, que en vez de repartir contribuciones a tiempo, extienden las manos pidiendo limosna a nuestros financistas. Los empréstitos exteriores, sobre todo, son como las sanguijuelas, que no se pueden arrancar del cuerpo de los Estados hasta que caen por su propio peso, si no es el g o bie r n o q uie n la s q uit e viole n a m e n t e , pero los gobiernos no- judíos, muy lejos de suprimirlos, tornan a "lanzar" cada vez otros nuevos. Irremisiblemente deben hundirse a consecuencia de tan perenne y voluntaria sangría".
 No admite replica alguna esta critica .
Añaden los Protocolos con escarnio: "Entendámonos bien: aunque nosotros mismos hayamos propiciado tan necia política, naturalmente que no la seguiremos ... ¿Cual es el efecto de un empréstito, especialmente de uno exterior? La emisión de un certificado de deuda con la promesa de pagar intereses. El empréstito ofrece un 5 por ciento, y resulta que luego de 30 años el Estado pago los intereses inútilmente, aunque haya devuelto toda la cantidad adeudada: después de 40 años habrá pagado los intereses por doble valor, y al cabo de 60 años, por valor triple de la deuda, en tanto que esta queda incólume".
¡Más claro, el agua! Y, sin embargo, ¿quien se dará cuenta cabal de ello? Aun seguimos viviendo bajo la influencia de la doctrina, que dice que las "deudas nacionales redundan en beneficio de la economía nacional". Por el contrario, lo cierto es que el importe de las deudas nacionales ofrece una exacta medida de la esclavitud de los Estados bajo el cetro de Judá.
Se ocupan los capítulos 20 y 21 de los "Protocolos" en exponer el programa de la política que seguirán los hebreos, cuando hayan alcanzado el poder mundial, diciendo: "Una vez que ocupemos los tronos del mundo, se excluirán todos los procedimientos económicos, que no coincidan con nuestros intereses".
1º "Se cerraran definitivamente las Bolsas de fondos, pues no admitiremos que nuestro renombre sufra con las oscilaciones de los precios de nuestros valores. Fijaremos para estos un cambio forzoso igual a su valor nominal total sin permitir que nadie lo alce o baje. Las alzas de precios son seguidas de bajas: esa fue nuestra gran jugada con los títulos de los Estados no-judíos".
2º "Legal embargo del dinero, a fin de regular su circulación"
3º "Implantaremos una unidad monetaria, basada sobre el valor de determinada unidad productiva, aunque el material del que se componga la moneda sea papel o madera (¿?). Emitiremos en todo momento tanto dinero como sea preciso para satisfacer las necesidades normales de cada ciudadano, emitiendo con cada nacimiento una suma determinada, y retomándola con cada defunción".
4º "Serán comprados por nuestro gobierno títulos y valores, y este, en vez de pagar tributos por los empréstitos, los emitirá bancariamente. Este procedimiento evitara todo estancamiento monetario en la Hacienda publica, toda vida parasitaria y ociosa, condiciones y habilidades que para nosotros fuero útiles, en tanto, los infieles eran todavía dependientes; pero que no admitiremos cuando nuestro Reino haya llegado".
5º "Substituiremos las bolsas por instituciones financieras del Estado, cuya misión será la de fijar el valor de los títulos oficiales, de acuerdo con instrucciones del gobierno. Dichos institutos estarán fundados de tal manera, que en un solo día podrán comprar o vender respectivamente por valor de 500 millones de papel industrial, de modo que toda empresa industrial dependerá de nosotros. Es de imaginar el enorme poderío que alcanzaremos con tales medidas.
Se prevén las siguientes fuentes de ingresos contributivos en el Imperio mundial judío: 1º Recargo progresivo sobre la propiedad; 2º Recargo progresivo sobre los beneficios y herencias; 3º Contribución sobre el traspaso de bienes, en efectivo o en valores; 4º Tasa al lujo y recargo del sellado.
Dichas medidas harán desaparecer el odio de pobres contra ricos, ya que estos serán considerados como los pilares financieros del Estado y como responsables de un pacifico bienestar. Comprenderá el proletariado que es el rico el único que facilita los medios para que siga subsistiendo tal estado de cosas y se llegue al bienestar pacifico .  
FIN